Hola mi amor:
Al final me vine caminando. Está a dos pasos y tengo mono de mis caminatas. He subido por López de Hoyos y me he ido directa al super. Finalmente, de postre tenemos fresas con nata.
En el super, cuando estaba en la caja, vino una señora que sin apuros e interrumpiendo el movimiento mecánico de la cajera de pasar los artículos por la lucecita roja, comenzó a parlotear con ella sin parar. Le solicitaba o, le exigía, que le devolviese el dinero de un paquete-creo que de arroz- porque le faltaban cincuenta céntimos para un medicamento de su hija.
- "Es que han subido el medicamento y me faltan cincuenta céntimos, hazme el favor y devuélveme esto". La señora ignoraba totalmente que la cajera estaba ocupada y que, a su vez, ésta le ignoraba a ella totalmente. Aún así, la señora seguía hablando sin parar, justificando su necesidad de rescatar sus cincuenta céntimos. En eso, que vio mis fresas y de repente le apetecieron fresas.
Al final me vine caminando. Está a dos pasos y tengo mono de mis caminatas. He subido por López de Hoyos y me he ido directa al super. Finalmente, de postre tenemos fresas con nata.
En el super, cuando estaba en la caja, vino una señora que sin apuros e interrumpiendo el movimiento mecánico de la cajera de pasar los artículos por la lucecita roja, comenzó a parlotear con ella sin parar. Le solicitaba o, le exigía, que le devolviese el dinero de un paquete-creo que de arroz- porque le faltaban cincuenta céntimos para un medicamento de su hija.
- "Es que han subido el medicamento y me faltan cincuenta céntimos, hazme el favor y devuélveme esto". La señora ignoraba totalmente que la cajera estaba ocupada y que, a su vez, ésta le ignoraba a ella totalmente. Aún así, la señora seguía hablando sin parar, justificando su necesidad de rescatar sus cincuenta céntimos. En eso, que vio mis fresas y de repente le apetecieron fresas.
-"No están de oferta. ¿NO?
-"Sí, señora..."- le contesto.
- Hui! ¿Y a qué precio?
- Uno, cincuenta..
- Vaya ahora van y me ponen las fresas de oferta. Mira que son...
La cajera aparcó su silencio mecánico y contesto: " Nosotros cada día tenemos algo de oferta". Pensé, vaya ya se siente parte del supermercado. Uffff…
La señora se metió dentro del super mientras continuaba parloteando. Supongo que iba a comprobar por sí misma el precio de las fresas. No tardó mucho en volver para atacar nuevamente a la cajera, en busca de sus cincuenta céntimos.
Ya recogiendo mis dos bolsas y alejándome de la caja, me pareció oír a la señora decir: “A qué la niña se va a la mierda con su medicamento y compro las fresas”.
También he comprado sal de frutas y sal fina para tu cocina. Un bote mediano. Es que con tu salero no mido bien la cantidad a la hora de cocinar.
Y ya ves...Me entretengo contándote batallitas inútiles y no estoy a lo que tengo que estar.
Voy a ello. Un beso mi amor. Procura tener un buen día y reírte mucho, que yo busco algo para las arrugas.
Mi amor, mi amor, mi amor
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