viernes, 6 de febrero de 2009

Remember


Estimada Cristina: Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (…)(…) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.
Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme alteléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.- La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.- La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:- Los silencios.- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.- El sabor acre de los insultos y reproches.- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.- Las náuseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.- Jorge y Cecilia… Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.
Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:… objetos. Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (…….) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento. Afectuosamente, Roberto.”
Relato escrito por Susana López Rubio.
Carta Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor.

2 comentarios:

  1. La última carta de despedida que envié fue una llamada de teléfono: "Sólo necesito recoger unos papeles, cuatro libros y la cámara de fotos. Lo demás - no me chilles por favor - te lo puedes quedar. También los recuerdos, incluso los buenos." A pesar de ser bonito ella no lo oyó.

    Por eso es mejor escribir cartas. Esta que pones aquí es muy chula sí, pero bondadosa.

    A mí la carta de despedida que más me gusta es la que le mandó O. Wilde a A. Douglas. Empieza así:

    "Querido Bosie: después de tanto esperar en vano he decidido escribirte, por tu bien y por el mío, pues no quisiera pensar que he pasado dos largos años en prisión sin haber recibido jamás una línea tuya, ni siquiera alguna noticia o algún mensaje, salvo ésas que tanto dolor me causaron..."

    No tiene desperdicio.
    Suerte con los virus.

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  2. Quiero ser feliz, quiero que me cuiden, que me mimen, en realidad me siento feliz, cuidada y mimada pero tengo una presión en el pecho que no me deja casi respirar, será el amor que siento, o que siento que no habrá amor.
    Todo se complica, se complica todo, con lo fácil qué sería, sería fácil si no se pensara tanto, si no se meditara tanto y se tuviese que tomar decisiones, o pensar y no tomarlas, quedarme como estoy, pero, ¿me sirve de algo? ¿será peor? ¿dolerá más?

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