lunes, 1 de junio de 2009

Popurrí de otr@s

***De la Ex política sobre Pero cómo es posible que haya habido tantas guerras en el mundo, si el hombre nunca quiere discutir…

Desde hace años, (no se q pasó para q lo pensara y sobre todo, para q lo empezará a “difundir”) repito con cierta frecuencia a mis amigas que las mujeres no hemos avanzado, ni ganado una batalla absurda para ocupar un papel en el mundo profesional, familiar y personal, mas bien, bajo mi punto de vista, hemos retrocedido. Vamos, que ni en las cavernas!!

Generalmente, esta “profunda” reflexión, suelo sacarla cuando nos reunimos, no de meriendita con te verde y pastas, sino en las reuniones con copas previas a alguna salidita nocturna, momento en el que se nos empieza a soltar la lengua y por lo tanto empezamos a criticar a los hombres en general, a los ex en particular y a echar de menos épocas pasadas de mucha diversión, más coqueteos y sobre todo ningún problema ni complicación más allá del “q' me pongo el finde q viene”.

El caso, es que realmente creo que mientras nuestras madres y abuelas se quedaban en sus casas cuidando de sus respectivos hijos y esperando a sus mariditos, haciendo crochet y poco más, nosotras, esas mujeres profesionales e independientes de hoy en día, hacemos más de lo mismo o peor. Sí sí….a ver quién es la lista o el listo que me dice que las mujeres de hoy no siguen llevando el peso de la casa, los hijos y todo lo que eso conlleva!!. Vamos, para dejarme de mariconadas y siendo explícita, ahora mismo, las mujeres son las freganchinas, las mismas niñeras de antes, que además curran fuera de casa y que, por supuesto, estamos obligadas a hacer todas esas tareas con las mechas en perfecto estado, depiladas, sin celulitis, manicuras y pedicuras en perfecto estado y fashion de la muerte.

No m jodaaaaaaaannnnnnn las feministas!!!!

Yo ya no celebro el día de la mujer trabajadora, voy a intentar instaurar el día de las mujeres objeto, o más bien, el día de las que queremos pasar de ser independientes a ser unas mantenidas. Así de claro.

Tuve un ex, esos que tanto me molestan y que quiero enterrar (si si, enterrar literalmente, echarles tierra encima en mi mini jardín) al que le decía que en la relación yo ocupaba el puesto de “Jefa de Mantenimiento”. A él, al parecer, le hacía mucha gracia mi inventada expresión y lo contaba a diestro y siniestro. Lo contaba pero no se enteraba, está claro, por eso es un ex.

Me da que como dice un amigo, me tendré que conformar, no puedo pretender ser vagón, si al parecer nací para ser locomotora….

Al menos tu blog desahoga L. TK

*** De la Ratita sobre Pero cómo es posible que haya habido tantas guerras en el mundo, si el hombre nunca quiere discutir…

De qué sirve la sinceridad???

Me acaba de pasar hace más bien poco que, al abrirme lo más que he podido y al ser lo más sincera que me ha sido posible, he encontrado el efecto rebote. Sí, sí, me he dado cuenta que no se puede ser sincero. Que las declaraciones, dejando claro lo quieres, se pueden volver contra ti, como me ha pasado a mí. Sí, sí, esperaba otra cosa, tener después de aquella sinceridad otras sensaciones y lo que he tenido ha sido prácticamente el rechazo, y de alguien que se supone que me quiere, que le hago feliz en el día a día y que me echa de menos cuando no estamos juntos.

Qué desilusión, qué decepción…habré caído como tantas otras personas en la mentira??, habré creído falsas palabras?? Si fuese fácil, si fuese fácil desprenderse de lo que quieres y pasar página, lo haría, lo haría y lo haría.

Una que no me haga pensar, por favor…

Hace algunos años decidí que en mi vida, si podía evitarlo, se acababan las películas profundas, de esas que te revelan el sentido de la vida o lo cruel de la existencia. Mi decisión, estúpida pero operativa, se basa en que de una pantalla sólo necesito evasión, no quiero pensar gracias o por desgracia a ella. Es una decisión firme y pocas veces la violo. Digo pocas veces porque, alguna vez, por error, termino visualizando e interiorizando una magnífica obra de un mejor pensador.

En estos quinces días de soledad forzosa, en mis visitas a casas de amigas he sustraído algunas películas para entretener mi vago aburrimiento. A la Ratita le cogí unas cuentas pelis piratas bien variadas y con títulos bien tontos, no vaya a ser que alguna fuese buena; a la Artista, una: Cena entre amigos.

Con satisfacción me he dado cuenta de que mi vago aburrimiento no acude muy a menudo, porque Cena entre amigos la he visto por parte entre los dos domingos de esos quince días de soledad forzosa, y una cualquiera de la Ratita, Cómo perder a un novio en diez días, en el segundo domingo, tras la otra mitad de la Cena…

Me equivoqué con la primera película. Es una película que trata de las relaciones entre parejas. Su fuerte es el diálogo…Ósea, te hace pensar. Enfoca a dos parejas enfrentándose a la rutina del matrimonio. Una, se rompe, la otra persiste.

Me recordó una charla que mantuve con mis amigas, la Ex política y la Artista. A lo largo de la conversación, espontáneamente dije algo brillante, creo que fue así porque la Artista asentía mientras yo continuaba hablando y a mi misma me auto descubría el sentido de la pareja.

El éxito de la pareja no radica en no cometer errores, radica en superarlos juntos. Te merece tanto la pena tu existencia junto al otro, que luchas contra tus miedos, tus acciones irracionales, tus debilidades, tus culpas y todas las suyas. El éxito de la pareja radica en la resistencia.

El matrimonio persistente tenía una fluida conversación sobre cualquier tema, pero cuando se trataba de ellos, la incapacidad de él para hablar y la frustración de ella, les hacía alejarse. Él encontró el método para volver a comunicarse con ella y no se basó en una charla profunda, ni en un balance metódico sobre su matrimonio. Utilizó un ritual antiguo, usado desde el noviazgo. Él, mientras se acercaba a ella, iba avisándole de que algo venía, algo terrible, algo conocido y que a ella le asustaba. Se acercaba, se acercaba más y, cuando ambas respiraciones eran una, él le agarraba con soltura, mientras ella protestaba, hasta que, finalmente, le bufaba con profunda dulzura. Bufff! El susto terminaba con una noche de sexo y amor. Me recordó a un ritual inventado por el Lagartija, que me representa menos de lo que me gustaría, pero ya con la primera vez que lo realizó me enamoró más: 4,58; 4,59… besos, besos. 4,58; 4,59 besos, besos

Como perder a un chico en diez días. Ja, ja, ja. Esa sí que es bien tonta. Aquí acerté ¿o no? ¡Dios mío, qué me hizo pensar! Pero bueno. Algo anda mal. Ella, como experimento para un artículo tonto tenía que conquistar a un chico y en diez días perderlo a base de cometer todos esos errores que ejecutan las mujeres para provocar el espanto de un hombre. Cambio de humor radical; caprichos incomprensibles; joderle la final de un partido; llenarle la casa de peluches; llamarle constantemente; invadirle la casa; ridiculizarlo frente a los amigos y en el trabajo; hablar ñoña; mostrar celos ilógicos…. ¡Dios, mío, dios mío, qué yo hago eso! No todo a la vez, ni tan exagerado, pero sí, lo hago. Un día puedo ser muy pesada y mandar cinco mensajes seguidos; lo de hablar ñoña, cada vez más a menudo; le he llevado a casa un peluche, es un regalo sentimental; sí, le he jodido algún partido- justificado, pero lo he hecho-; con los amigos, sí, recuerdo que en un principio fui políticamente incorrecta; celos, también; cambios de humor, una vez al mes…

Definitivamente esta película ha sido un gran error. Me he visto reflejada en el peor personaje que podía imaginar. Si consuela, él se enamoró de ella y le fue a buscar al aeropuerto, por donde ella pretendía huir, para no dejarla escapar. Aviso a mujeres incontroladas….no vean esta película, hace pensar.

La chica que pretendía ser la peor de las novias hacía artículos tontos para una revista de mujeres tontas y su verdadera aspiración era escribir sobre la paz mundial, las relaciones internacionales, bla, bla, bla… Eso, sí lo he hecho y no lo echo en falta. A mí cada vez me gusta más escribir sobre las cosas tontas de la vida.

Con una película y cuarto ha sido más que suficiente para un día, así que he apagado la tele y he decido compartir mi domingo. Un domingo anómalo. En estos quince días de soledad forzosa me ha parecido tener esos domingos de otros, esos que dicen que son aburridos. Mis domingos, desde hace casi dos años nunca han sido aburridos, aunque no haga nada, y todo gracias a la compañía. Sólo por eso merece la pena seguir en la carrera de la resistencia.

Felices domingos para tod@s