jueves, 5 de febrero de 2009

Quiero globos rojos

Estaba mirando la tele. No viéndola. Sólo mirando la tele, mientras me entretenía con mis dedos. Y, de repente me di cuenta de lo que me pasaba. Es el miedo, el miedo me tiene atada. He apagado la tele, me he hecho un té, he puesto música y he decidido acabar con el miedo.

Tenemos la falsa creencia de pensar que cuando muestras tu interior a alguien lo que enseñas es debilidad. Creo que lo relacionamos con cobardía. No, hoy lo he visto claro. Debilidad es no mostrar. Lo que me acobardaba era hablar. Así que he decidido enfrentarme a mi miedo, que es mostrarte más de lo que debo. Ese es uno de mis miedos. Pues al carajo con él.

Un inciso: Tú también me das mala suerte. Se me acaba de caer el té en el teclado y me ha venido una retahíla de momentos de mala suerte: sólo quería un polvo y me engancho emocionalmente; me gustaba mi vida y ahora me la planteo toda; tenía dinero ahorrado y ya me estoy quedando sin un duro; no mentía- o no mucho y no me preocupaban esas pequeñas trolas- y ahora soy una mentirosa compulsiva; tenía equilibrio y ahora soy una loca desenfrenada; tenía una cara estupenda y ahora me salen granos y engordo. Definitivamente, tú también me das mala suerte. Pero, mucha, mucha vida.

A lo que iba. Este miedo me tiene paralizada. Así que vamos a enfrentarnos a él: Quiero globos rojos, quiero flores; quiero amor; quiero locura por mí; quiero deseo; quiero risas y llantos; quiero que me cuides con un resfriado; quiero que me consueles cuando se me caiga el mundo; quiero amarte; quiero que vengas; quiero que te vuelvas loco; quiero que me quieras; quiero gritos; quiero cabreos; quiero perdones; quiero que me eches de menos; quiero orgasmos; quiero que des pasos.

No te equivoques, no te estoy pidiendo nada, porque lo que no quiero es pedirte algo. Sólo estoy acabando con mi miedo para sentirme libre. No quiero sentir miedo a decirte algo inoportuno por si tu reacción es la de alejarse o aún peor, la de sentir desinterés. Eso me esclaviza.

Sé que es retorcido, pero soltándolo todo me libero y doy pasos enormes, de dieciocho añitos me sitúo en los que me corresponden, mis buenos y bien vividos treinta y cuatro. Y así dejo de sentir miedo.

L., vuelves a ser valiente. Y, lo que es mejor, impredecible. Que me encanta.

Y ahora baja cuatro escalones; sube siete, haz lo que quieras, controla, libérate. Pero yo, mi estupenda lagartija, me rescato, pongo mis hormonas en remojo y sigo caminando.

Ya soy libre.

Besos mi querida y déspota lagartija.

PD: Sé que lo que acabo de hacer está prohibido por las reglas de los juegos estos entre machos y hembras. Pero a mí nunca me han gustado las reglas.


L. Madrid empezó en esta época...

12 comentarios:

  1. Me he Kedaoo muerta!!! El verde me encanta, ya sabes mi manía colorista...pero tus comentarios mucho más.... Verdades como templos, ñooo, por fin..despues de un año, enhorabuena y felicidades mi niña!!!

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  2. Bueno..pues ya sabes. Al animalito hay que alimentarlo. Muac Ratita

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  8. Mi querida amiga, me has alegrado la mañana, mañana lluviosa en la que pensaba:"que sola estoy"... Y derepente ha salido el sol, mi amiga del alma, aparece... gracias, gracias gracias.. TKM. Seguiré tus pasos Bss

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  9. Llegaste a mi vida cuando no te esperaba. Subia, bajaba, tropezaba y me levantaba. Me amaste tal como era, sin preguntas, sin respuestas, sólo un amor que nació en esos rincones inmunes, donde si nos protegen. Allí quiere quedarse. No quiero dejar de decirte que te amo, me enamoras el alma, siendo tú L, toda dulzura, encanto, embrujo y hechizo que me hace brillar cuando mis noches son muy oscuras, con lágrimas. Todos mis rincones glorifican tu nombre, todos aclaman tu presencia. No amarte es imposible.

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  10. Una pasada Laurita,te admiro por tu valentia y claro que si verdades como templos!!!
    Ole a la poetisa del Grupoooo!!!Besazos

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  11. Gracias Nata. Esta es para todas...Es un desahogo no? Madrid necesita historias o que se recuerden. besotes

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  12. A le llaman Sexo. Puro Sexo...He tardado, pero ya sabes que a veces el miedo te paraliza. Cuando llegué a tu vida, comencé a deambular con un sueño perpetúo. Sólo descansaba cuando llegaba a tus brazos. Sólo en esos momentos.

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