jueves, 10 de junio de 2010

Licenciada en Estebanismo


Definitivamente aquello que me enseñaron, algo que iba sobre que ''con esfuerzo y estudio se alcanzaba el éxito y el reconocimiento'', está totalmente devaluado. En una sociedad, en la que una tal Belén Esteban-licenciada en nada, especializada en nada, reconocida en nada y sin talento en nada- se convierte en la persona más popular del Estado, más admirada y mejor pagada, está claro que lo que más valora no es precisamente la formación, la preparación y la profesionalidad.

Imaginemos las dos caras de una carta de una baraja muy especial. Imaginemos, que en cada cara aparece una mujer, de treinta y tantos años, las dos mirando al frente, buscando futuro. Una, con la expresión radiante y otra, con gesto de angustia. Observemos mejor. Echemos un vistazo a sus vidas. La primera, proviene de una familia baja media; terminó a duras penas el bachillerato; se hace novia de un torero; se queda preñada y vive de ello durante diez años. Ahora, es protagonista estrella del eco del corazón, interviene en contables programas de televisión, no sabe de nada y habla de todo, se hacen estudios de ella y, se dice que cobra como mínimo 30.000 euros al mes. Con este montante, que va acumulando, su jubilación está garantizada.

Vayamos a la otra, la de expresión angustiada. Terminó el bachillerato, estudió una carrera de cinco años gracias a una beca y a sus trabajos de camarera de todos los veranos. Después se fue a otro país, por ejemplo Londres, y estudió inglés mientras curraba en bares, supermercados, hoteles... Volvió a su país y comenzó a desarrollar su carrera profesional. En diez años consiguió que su sueldo inicial de 300 euros, llegase a los 1.500, un prestigio profesional y mucha experiencia laboral. Pero vaya, las circunstancias le han dejado en la calle. Su futuro pinta negro y su vejez bastante insegura. Hoy, mientras busca trabajo, ve todos los días a ‘la Esteban’ desgañitarse en ‘la Cadena amiga’.

En fin. La segunda mujer se siente muy estúpida y con la sensación de que ha perdido mucho el tiempo. Por eso creo, por ser prácticos y por el futuro de las nuevas generaciones, que los eruditos fabricadores de carreras de éxito tienen que ir pensando en elaborar una licenciatura denominada Estebanismo, porque está claro que esta Era puede convertirse en la de: cuanto más ignorante seas, escándalos acumules, más grites, más critiques y menos esfuerzos luzcas, mejor se te pagará y más reconocido estarás.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Bolero se ha ido

Bolero se ha ido y yo, de tan metida que estoy mis cachivaches, he tardado meses en darme cuenta.

Hoy, Madridsinamor siente una tristeza infantil. Así que va a comenzar el luto hasta que encuentre otra inspiración.

Hasta siempre Bolero. Una gran mujer… una gran escritora...Una gran PENSADORA



viernes, 12 de febrero de 2010

Dejé de escribir

Dejé de escribir. Dejé de escribir porque dejé de hacerlo para mí. Poco a poco, consciente o no... He ido apagando mis recipientes de reflexiones. Sentía que escribía para otros, sentía que tenía que cuidar lo que escribía, sentía que debía disimular lo que sentía. Sentía que debía escribir elocuentemente, con gracia, con ingenio, no para mí, no para expulsar.

Dejé de hacerlo porque me prohibí sentir para otros. Ha pasado tanto desde la última vez que creo que, como yo, muchos han olvidado mi blog. Estupendo. Olvídenlo y volveré a escribir para mí, como quiera, con errores, fallos, mostrando mi sensación, mi frustración, mi deseo o mi alegría. Pero, sin preocuparme de que tú lo lees, de que puedas percibir en qué mundo ando.

No voy a hablar de ese mundo. Son muchos. Se conectan con diminutas puertas, imperceptibles y voy entrando en ellas, las repito y entro sin enterarme a los nuevos mundos. Unos mejores que otros.

Hoy he hablado con una recién estrenada huérfana. Me habla con sorpresa. Está sorprendida de lo sola que se siente, de lo que duele. Habla con claridad sobre lo más profundo de su dolor porque habla con una veterana. Y sí, le entiendo y se lo digo. Te entiendo. Supongo que le entendemos todos los huérfanos, independientemente de cómo hayan sido los padres. Si no están, te sientes solo para siempre. Uno de los mundos.

Hoy una amiga me ha hablado de su futuro. Suena bien y me alegra. Le he mostrado mi alegría y mi entusiasmo por ella. Debo hacerlo, es mi amiga y debo alegrarme, pero su alegría a mí me ha metido en otro de mis mundos.

Hoy mis pensamientos han cerrado una historia sin fin. Han impuesto la resignación. La sensación es como cuando lees un libro y el final no tiene final. Te quedas parado, a la espera, buscando, cualquier final porque tiene que haberlo. Hoy mis pensamientos me han dicho que, a veces, los finales son como éste. Tercer mundo.

Hoy he repasado capítulos y me he mirado. Me gusta escribir y me gusta escribir aquí. Pero hoy, sólo escribo para mí. No quieras entenderme, ni te busques, porque aquí sólo estoy yo. No quiero que pienses si estoy triste o alegre, si estoy fuerte o débil. No importa cómo esté, lo que importa es que escribo y que lo hago para mí, así que por favor, no te preguntes nada. Sería más fácil si escribiese sobre algo: Música, cómics, libros, política, chorradas de hombres y mujeres. Me escondería entre ellos. Pero yo no soy así. Yo escribo sobre mí, sobre lo que percibo o me rodea y me gusta hacerlo así y me sienta bien, así que déjame no esconderme.

Hoy es un día de mundos. Estoy entre ellos. Algunos los conozco muy bien; otros, todavía no sé ni si existen. Unos, los adoro y siempre deseo estar en ellos. Otros, llegan hasta asustarme. Pero, aunque sean mis mundos, tienen su propia ley y en ella impera eliminarme la memoria intencionadamente para que no recuerde ningún camino a ningún mundo. Y así ando, de puerta en puerta, saludando mundos, sin saber en cuáles me meto hasta que estoy dentro.

Les pongo nombre. No sé llegar a ellos, pero les pongo nombre. Hoy estoy en la burbuja, uno de mis preferidos. Y al final, sí he hablado de mis mundos, pero para mí, sólo para mí.


viernes, 11 de septiembre de 2009

Y resulta que no sé sobre qué escribir

Y resulta que no sé sobre qué escribir. Sentada en el coche imagino relatos. Cosas mías, cosas de otros, cositas que observo…pero, resulta que ya no sé sobre qué escribir.

Hoy, he entrado en casa de una amiga, no la conozco, pero con sus palabras me hace compañía. Me dije: ‘voy a hacerle una visita y seguro que su aire fresco se me contagia y a alguno de esos relatos de carretera le da por presentarse’.

Y es que mi sinceridad me lo tiene prohibido. Me ha paralizado y estrangulado. Lucho contra ella, pero es más fuerte que yo. Así que, he decidido engañarla y escribir sin orden, sin sentido. Utilizar un mal pegamento para expulsar aquello que se escape de sus garras y copiar a otros, hasta que la sinceridad se agote y vuelva a ser libre.

Y sin sentido de la moda, unir pensamientos tan dispares que ni la sinceridad podrá retenerlos.

No lo entiendo… ¿por qué no me han llamado? Tengo talento. He mostrado talento.

¿Por qué siento tanto cariño, comprensión y compasión por Delirio? la hija menor de Neil Gadman?

Te echo de menos. Nanas que no son nanas acompañadas de guitarras. Hace mucho tiempo. Casi las olvido. Me ayudaron a dormir. No me dolía el brazo.

No lo entiendo… ¿Qué es lo que tienes en tu cabeza para decirme eso? No observas, no lo sientes, no lo aprecias. Algo te pasa por tu cabeza. No te enteras, aunque lo parezca, yo no sé leer cabezas.

Es el aburrimiento que me vuelve idiota. Necesito ocupación…

Qué bien sientan los viajes de novias….

Cómo me gusta la pasión. Cómo la disfruto….

Lo que hago, ¿lo hago porque quiero o me he impuesto una obligación? O, peor ¿Dejo que me la impongan?

Sí, me gustan los besos ¿y qué pasa?

Esto es una farsa…. ¿dónde está la autenticidad?

No es justo. Pero, ¿Qué es la justicia?. Todo son tonterías. Nada tiene importancia.

Se le pasará… Pero, ¿y a mí? Llevo un carro de la compra y lo voy llenando.

Qué arropada me sentía en su terraza…

Algo estoy haciendo mal. ¿Hice bien antes?

¿Estará bien mi amiga? Tenía que haberla llamado cuando me aislé entre las olas.

Qué noche más mágica la de esa cena….

Cómo lo admiro. Su trabajo, su dedicación, su imaginación, su creatividad.

Éste es perfecto para mí…

(……………………)Este pensamiento está acorralado por la sinceridad. Quiere salir, pero no le deja. Está bien encarcelado… y con él, miles.

Edificios retorcidos todos en negro y gris. Una niña, en negro y gris, con un globo, en una calle en pendiente. ¿Es la perspectiva, o tiene que subir?. Le va a costar la cuesta.

Carcajadas. Intención. Emoción…¡Guau!

Fue admiración. Fue amistad. Fue una gran decepción. Es una herida pa curar… utilizaré aloe vera. Sobre eso escribí. Un trabajo que hice contigo

Seguro que hoy me pierdo. Internet no es la panacea

¿Cómo podrá con tres niños?

Me da que tengo que buscar un trabajo de camarera pa sacar unas perrillas

No sé qué hago. Hay un momento que lo único que queda es rendirse. Pero, ¿cuándo sabe uno cuándo hay que rendirse?

Hoy va a ser un buen día...

Qué haré en octubre¿?

Letras de canciones, letras de otros….. ‘Lo Que Yo Quiero’….Joaquin Sabina

lo que yo quiero, corazón cobarde,

es que mueras por mi...

Y morirme contigo si te matas,

y matarme contigo si te mueres,

por que el amor, cuando no muere mata,

porque amores que matan, nunca mueren...

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Llegará una revolución que propicie la libertad. Hasta entonces, resulta que no sé sobre qué escribir.

viernes, 3 de julio de 2009

La mal-venida

Y vino…mira que ya asechaba… Se puso tontita dando vueltas a mí alrededor, se iba acercando poquito a poco, merodeándome. Daba pasitos, pequeños, dudosos, arrastrados y circulosos.

Le intuía, le miraba de reojo, en un principio con suspicacia, hasta llegar a la irritación cada vez que oía uno de esos pasos suyos deslizao…

Cuando le noté llegar, le confundí con otros…¿Será el calor? Sí, es el calor, que no me deja pensar, que me agota el alma y el movimiento, que me duerme la energía y que se enreda con mi imaginación.

Entonces, busqué las horas de menos acaloramiento para dar ánimo a mi voluntad… ¿qué hay curioso por el mundo p’ echarle un vistazo? Lo conseguía, tres movimientos míos, un paso atrás de ella. Bien, le tengo controlada. Está a raya.

Pero, no. Ella es insistente y espera en los derroteros de mi espacio, dando vueltas, tranquilita, con los brazos descansados en su espalda, como esperando el próximo autobús, sin prisa. No tiene urgencia, porque tiene todo el tiempo del mundo. No le preocupa que venga su enemigo a espantarla, no lo husmea cerca, tiene que estar entretenido en otros lares.

Y yo me descuido, poquito a poco. Por las mañanas, mis tareas se espacian entre ellas; por las tardes, se alargan las tumbadas. Y casi no me entero. ¡Ummmm! Percibo algo e intento identificarlo: Ah! Ya sé. Son las hormonas. Qué revueltas que las tengo. No hay que preocuparse, sino esperar con tranquilidad a que se calmen. Definitivamente, son ellas que hacen migas con el calor y me ralentizan los movimientos.

Entonces, no lucho contra ellas y sólo espero a que se coloquen en su lugar. Ya se aburrirán de molestarme y podré seguir jugando con mi imaginación, curiosidad, creatividad y deseo.

Pero… esos murmullos no son familiares. El sonido no es seco, característico del calor de Madrid y, las hormonas, que sí que están revueltas, nunca han jorobado tanto. ¡Ummmmm! Aquí hay algo más.

Decido despistarla, cojo una mochila y me escapo cuatro días en la mejor de las compañías, para hacer fuerza y poder confundirla en su empeño de seguirme. ¡Ja! , lo consigo. No tiene las zancadas tan largas y sabe que su enemigo está donde me voy. Batalla ganada.

Pero antes de marchar noto en la oscuridad una gran sonrisa cerrada e irónica, igualita a la del gato de Alicia. La miro en la distancia, con suspicacia, pero no me asusta. Le doy mi costumbre manotazo imaginario, del que hago uso cuando algo me incomoda.

Llega la hora de la vuelta y me la encuentro de frente. Esperando sentada en el confortable sofá, en la penumbra de mi cálido hogar, con las piernas cruzadas, con su mano izquierda dando palmitas pausadas en el sillón, como diciendo: Anda, L. siéntate junto a mí y no te resistas.

Suspiro. Le miro con resignación, me quito lentamente la mochila de la espalda y me voy disculpando con mis excusas. Me siento junto a ella, mientras me va colocando el brazo por los hombros, como una vieja amiga, acercándome a su cuerpo. Me acomodo en su abrazo, mientras me despido de cada uno de mis amigos: la energía, la curiosidad, el empeño, la imaginación, la creatividad, la risa tonta, la lista y, por último, la voluntad. Ésta me traslada una mirada cansada y reprochona, diciéndome sin hablarme: ‘Mira que te avise. Mira que te dije que tuvieses cuidado, que venía una vieja enemiga’.

Hoy al despertarme me la he encontrado, sentadita frente a mí, en la esquina del cuarto en la que se ha acomodado desde hace algunos días. Por fin me ha puesto de buena mala leche, hasta tal punto, que he sustituido el manotazo de costumbre por una buena hostia. Ahora, mientras escribo, le tengo bien atontada en el suelo. Noto que se recupera, pero no voy a dudar en darle otro tortazo.

Yo le llamo pereza. La voluntad le conoce por apatía, desidia, abandono. No me gusta que le nombre así, le da más importancia y yo no quiero hacerle grande. Ha ganado algunas batallas, pero por nada del mundo va a ganar la guerra.

Hoy, yo le tengo controlada, pero cuidadito con ella, que es escurridiza y jode mucho.

Risas y sonrisas

lunes, 1 de junio de 2009

Popurrí de otr@s

***De la Ex política sobre Pero cómo es posible que haya habido tantas guerras en el mundo, si el hombre nunca quiere discutir…

Desde hace años, (no se q pasó para q lo pensara y sobre todo, para q lo empezará a “difundir”) repito con cierta frecuencia a mis amigas que las mujeres no hemos avanzado, ni ganado una batalla absurda para ocupar un papel en el mundo profesional, familiar y personal, mas bien, bajo mi punto de vista, hemos retrocedido. Vamos, que ni en las cavernas!!

Generalmente, esta “profunda” reflexión, suelo sacarla cuando nos reunimos, no de meriendita con te verde y pastas, sino en las reuniones con copas previas a alguna salidita nocturna, momento en el que se nos empieza a soltar la lengua y por lo tanto empezamos a criticar a los hombres en general, a los ex en particular y a echar de menos épocas pasadas de mucha diversión, más coqueteos y sobre todo ningún problema ni complicación más allá del “q' me pongo el finde q viene”.

El caso, es que realmente creo que mientras nuestras madres y abuelas se quedaban en sus casas cuidando de sus respectivos hijos y esperando a sus mariditos, haciendo crochet y poco más, nosotras, esas mujeres profesionales e independientes de hoy en día, hacemos más de lo mismo o peor. Sí sí….a ver quién es la lista o el listo que me dice que las mujeres de hoy no siguen llevando el peso de la casa, los hijos y todo lo que eso conlleva!!. Vamos, para dejarme de mariconadas y siendo explícita, ahora mismo, las mujeres son las freganchinas, las mismas niñeras de antes, que además curran fuera de casa y que, por supuesto, estamos obligadas a hacer todas esas tareas con las mechas en perfecto estado, depiladas, sin celulitis, manicuras y pedicuras en perfecto estado y fashion de la muerte.

No m jodaaaaaaaannnnnnn las feministas!!!!

Yo ya no celebro el día de la mujer trabajadora, voy a intentar instaurar el día de las mujeres objeto, o más bien, el día de las que queremos pasar de ser independientes a ser unas mantenidas. Así de claro.

Tuve un ex, esos que tanto me molestan y que quiero enterrar (si si, enterrar literalmente, echarles tierra encima en mi mini jardín) al que le decía que en la relación yo ocupaba el puesto de “Jefa de Mantenimiento”. A él, al parecer, le hacía mucha gracia mi inventada expresión y lo contaba a diestro y siniestro. Lo contaba pero no se enteraba, está claro, por eso es un ex.

Me da que como dice un amigo, me tendré que conformar, no puedo pretender ser vagón, si al parecer nací para ser locomotora….

Al menos tu blog desahoga L. TK

*** De la Ratita sobre Pero cómo es posible que haya habido tantas guerras en el mundo, si el hombre nunca quiere discutir…

De qué sirve la sinceridad???

Me acaba de pasar hace más bien poco que, al abrirme lo más que he podido y al ser lo más sincera que me ha sido posible, he encontrado el efecto rebote. Sí, sí, me he dado cuenta que no se puede ser sincero. Que las declaraciones, dejando claro lo quieres, se pueden volver contra ti, como me ha pasado a mí. Sí, sí, esperaba otra cosa, tener después de aquella sinceridad otras sensaciones y lo que he tenido ha sido prácticamente el rechazo, y de alguien que se supone que me quiere, que le hago feliz en el día a día y que me echa de menos cuando no estamos juntos.

Qué desilusión, qué decepción…habré caído como tantas otras personas en la mentira??, habré creído falsas palabras?? Si fuese fácil, si fuese fácil desprenderse de lo que quieres y pasar página, lo haría, lo haría y lo haría.

Una que no me haga pensar, por favor…

Hace algunos años decidí que en mi vida, si podía evitarlo, se acababan las películas profundas, de esas que te revelan el sentido de la vida o lo cruel de la existencia. Mi decisión, estúpida pero operativa, se basa en que de una pantalla sólo necesito evasión, no quiero pensar gracias o por desgracia a ella. Es una decisión firme y pocas veces la violo. Digo pocas veces porque, alguna vez, por error, termino visualizando e interiorizando una magnífica obra de un mejor pensador.

En estos quinces días de soledad forzosa, en mis visitas a casas de amigas he sustraído algunas películas para entretener mi vago aburrimiento. A la Ratita le cogí unas cuentas pelis piratas bien variadas y con títulos bien tontos, no vaya a ser que alguna fuese buena; a la Artista, una: Cena entre amigos.

Con satisfacción me he dado cuenta de que mi vago aburrimiento no acude muy a menudo, porque Cena entre amigos la he visto por parte entre los dos domingos de esos quince días de soledad forzosa, y una cualquiera de la Ratita, Cómo perder a un novio en diez días, en el segundo domingo, tras la otra mitad de la Cena…

Me equivoqué con la primera película. Es una película que trata de las relaciones entre parejas. Su fuerte es el diálogo…Ósea, te hace pensar. Enfoca a dos parejas enfrentándose a la rutina del matrimonio. Una, se rompe, la otra persiste.

Me recordó una charla que mantuve con mis amigas, la Ex política y la Artista. A lo largo de la conversación, espontáneamente dije algo brillante, creo que fue así porque la Artista asentía mientras yo continuaba hablando y a mi misma me auto descubría el sentido de la pareja.

El éxito de la pareja no radica en no cometer errores, radica en superarlos juntos. Te merece tanto la pena tu existencia junto al otro, que luchas contra tus miedos, tus acciones irracionales, tus debilidades, tus culpas y todas las suyas. El éxito de la pareja radica en la resistencia.

El matrimonio persistente tenía una fluida conversación sobre cualquier tema, pero cuando se trataba de ellos, la incapacidad de él para hablar y la frustración de ella, les hacía alejarse. Él encontró el método para volver a comunicarse con ella y no se basó en una charla profunda, ni en un balance metódico sobre su matrimonio. Utilizó un ritual antiguo, usado desde el noviazgo. Él, mientras se acercaba a ella, iba avisándole de que algo venía, algo terrible, algo conocido y que a ella le asustaba. Se acercaba, se acercaba más y, cuando ambas respiraciones eran una, él le agarraba con soltura, mientras ella protestaba, hasta que, finalmente, le bufaba con profunda dulzura. Bufff! El susto terminaba con una noche de sexo y amor. Me recordó a un ritual inventado por el Lagartija, que me representa menos de lo que me gustaría, pero ya con la primera vez que lo realizó me enamoró más: 4,58; 4,59… besos, besos. 4,58; 4,59 besos, besos

Como perder a un chico en diez días. Ja, ja, ja. Esa sí que es bien tonta. Aquí acerté ¿o no? ¡Dios mío, qué me hizo pensar! Pero bueno. Algo anda mal. Ella, como experimento para un artículo tonto tenía que conquistar a un chico y en diez días perderlo a base de cometer todos esos errores que ejecutan las mujeres para provocar el espanto de un hombre. Cambio de humor radical; caprichos incomprensibles; joderle la final de un partido; llenarle la casa de peluches; llamarle constantemente; invadirle la casa; ridiculizarlo frente a los amigos y en el trabajo; hablar ñoña; mostrar celos ilógicos…. ¡Dios, mío, dios mío, qué yo hago eso! No todo a la vez, ni tan exagerado, pero sí, lo hago. Un día puedo ser muy pesada y mandar cinco mensajes seguidos; lo de hablar ñoña, cada vez más a menudo; le he llevado a casa un peluche, es un regalo sentimental; sí, le he jodido algún partido- justificado, pero lo he hecho-; con los amigos, sí, recuerdo que en un principio fui políticamente incorrecta; celos, también; cambios de humor, una vez al mes…

Definitivamente esta película ha sido un gran error. Me he visto reflejada en el peor personaje que podía imaginar. Si consuela, él se enamoró de ella y le fue a buscar al aeropuerto, por donde ella pretendía huir, para no dejarla escapar. Aviso a mujeres incontroladas….no vean esta película, hace pensar.

La chica que pretendía ser la peor de las novias hacía artículos tontos para una revista de mujeres tontas y su verdadera aspiración era escribir sobre la paz mundial, las relaciones internacionales, bla, bla, bla… Eso, sí lo he hecho y no lo echo en falta. A mí cada vez me gusta más escribir sobre las cosas tontas de la vida.

Con una película y cuarto ha sido más que suficiente para un día, así que he apagado la tele y he decido compartir mi domingo. Un domingo anómalo. En estos quince días de soledad forzosa me ha parecido tener esos domingos de otros, esos que dicen que son aburridos. Mis domingos, desde hace casi dos años nunca han sido aburridos, aunque no haga nada, y todo gracias a la compañía. Sólo por eso merece la pena seguir en la carrera de la resistencia.

Felices domingos para tod@s

viernes, 29 de mayo de 2009

Pero cómo es posible que haya habido tantas guerras en el mundo, si el hombre nunca quiere discutir…


Nota aclaratoria: Lo que escribo a continuación es de carácter genérico. Todo amigo que lo lea que no se dé por aludido, que siempre hay excepciones. En todo caso, si se da por aludido, por algo será….

En estos días tengo muchas charlas con mis amigas sobre sus relaciones con sus amantes, novios o más que amigos. Todas coinciden en lo mismo. El hombre no quiere, no sabe o no puede discutir. Todos coinciden en que no les gustan las disputas; intentan aparentar que no pasa nada, crean el largo camino de la distancia, aprietan el botón de la desconexión y provocan sus grandes momentos: el tiempo del silencio.

En fin, escuchando estas cosas llegó a la conclusión de qué el hombre es tan irracional como la mujer. Nosotras, casi todas, reconocemos nuestro punto de locura. Puede llegar a ser dramático, pero a pesar de ello, incluso nos reímos. Somos plenamente conscientes de nuestra histeria, nuestras inseguridades, nuestras debilidades, nuestra constante necesidad de cariño. Y, para más inri lo confesamos todo. Parecemos perros de agua… hasta que la insatisfacción y la decepción nos convierten en mastines rabiosos.

Bueno, el caso es que de las incongruencias de las mujeres se ha hablado y mucho. Tanto que las tenemos interiorizadas. Pero y el hombre¿?… de verdad que no me lo explico.

No tengo ni cultura, ni capacidad memorística para enumerar la cantidad de guerras que ha habido en este mundo…. Está claro y es un hecho que, por imposibilidad histórica, la mujer no las ha iniciado. Así que, ellos y sólo ellos son los promotores de estas guerras. Y ¿cómo es posible? Si no les gustan las peleas.

Todos o casi todos creen en la comunicación y en la sinceridad. En esto creo que mujeres y hombres debemos interiorizar estos conceptos de forma inversa. Mientras que nosotras no paramos de parlotear sobre nosotras, nuestro interior, nuestro estado emociona. Ellos balbucean frases cortas, desconectadas entre sí, con una pereza. Y yo me pregunto: pero, ¿Cómo es posible que estos señores hayan sido capaces de crear infinitos organismos locales, regionales, nacionales e internacionales, cuya única finalidad es el debatir? También es un hecho, por la misma razón anteriormente citada, que estas ilustrísimas instituciones no son producto de las mujeres., aunque nos hubiese encantado.

SINCERIDAD. ¡Guau! Qué término. Nos lo piden por activa y por pasiva…y tontas de nosotras lo creemos, peor todavía, lo ofrecemos. Pero, por favor. Intenten recordar todos esos momentos en los que el hombre se ha sincerado y con elocuentes argumentos han explicado cómo se sienten, qué les preocupa, qué les molesta, etc. etc. etc. ¿Cuánto duran esos momentos? Cuántas de nosotras podemos hablar de situaciones como:

Ella: ¿Qué te pasa?

Él : Nada

Ella: ¿Seguro?, te noto extraño

Él: No nada, estoy cansado..

Ella: ¿Sólo es eso?

Él: Qué no me pasa nada (se está irritando). Me pasas el pan....( no es una pregunta, no te confundas)

Después de unos meses- o a lo peor- unos años, te enteras, por un descuido de él, de que ese día estaba molesto contigo porque no le prestaste la suficiente atención o estaba celoso por un gesto de cariño tuyo a otro, o vaya usted a saber, porque a estas alturas tú ya te has olvidado de ese día. Te entra unas ganas enormes de abrazarle por ese descuido de sinceridad....

Somos unas agobiaderas e insistimos e insistimos y si no nos gusta una frase y un gesto, nos entristecemos y pensamos en ello y pensamos y pensamos ¡Buf, qué cansino! Ya… El hombre no, ¿Verdad? No le da importancia a nada de esas boberías. Si no contestas un mensaje, ¿no se pone nervioso? Si no estás igual de cariñosa ¿No pasa nada, no tiene que ver con él? Si estás silenciosa ¿No te agobia a preguntas?…No, definitivamente el hombre no cae en esas tonterías Nooooooooooo… ¿VERDAD?

La mujer siempre inicia las peleas. Bueno, la verdad es que como señala el dicho es que ‘Somos de armas tomar’- aunque las guerras no hayan sido producto nuestro- Pero, ¿Cómo comenzamos la discusión? ¿Entran por la puerta, con una sonrisa de oreja a oreja, encantados de ver tu bella cara y empezamos a gritar como locas? Desde luego que en casos excepciones de locura irremediable, Sí, así sucede. Pero ¿De verdad la mayoría de las veces comenzamos así una peleíta de enamorados? Ellos no hacen nada, no hay gestos, ni frases dañinas, ni nada fuera de lugar, ni na de na. En fin, pues tampoco entiendo por qué ha habido tantos conflictos diplomáticos entre países por gestos chorras. ¡Ah! Ya sé, es que el mundo diplomático está lleno de mujeres.

Y los silencios y las distancias. En eso sí que son unas máquinas y nosotras unas novatas en pañales. Pero cuando conseguimos imitarlos, sólo unos segundos,…. ¿No notan los nervios masculinos? Pero, por favor en qué quedamos…

De verdad que estoy confusa porque si el hombre es tan pacifista, comunicativo, reflexivo, sincero y cuidadoso, no entiendo, pero nada, el por qué este mundo ha crecido a base de conflictos. Será que detrás está la mujer incitando e incitando. Como dicen que detrás de un gran hombre hay una mejor mujer… ¡Mira que somos malas!

Las mujeres somos insoportables. A veces hay días que ni yo me aguanto, hasta tal punto que tengo ganas de darme vacaciones. Pero, por favor, otro dicho: Ellos ‘p’ comer a parte’.

No voy a hablar de la dudosa creencia esa que dice que los hombres carecen de defectos muy femeninos, como: el critiqueo, chismorreo, la hipocresía, intención de venganza, coqueteo…Y, es que intento ser ocurrente y arrancar sonrisas, así que no me voy a meter en fanguitos.

Bueno, esto es un guiño para todas las amigas peleonas. Un poquito de calma, que a ellos no les gusta la guerra. Y a mis amigos, un poquito de coherencia, que lo que nos vuelve locas son las contradicciones.

A ver si un día hacemos un experimento, nos ponemos de acuerdo y cambiamos los papeles. ¿Cómo sería ese día? ¿Pueden imaginarlo? Tendré que pedirle ayuda a mi amiga Mapi, la artista, porque eso de actuar se me da fatal.

Mucha paz, diálogo, comprensión, y mucho cariño, pero mucho, entre hombres y mujeres…